Prometí hace unos días (y creo que antes en otra ocasión también) que iba a explicar como se hacían las cajas plegadas que aparecen el las entradas de "El guardián entre el centeno" y "Cuentos y minicuentos". Estas cajas no son nada del otro mundo, son muy sencillas y vienen muy bien para libros pequeños, para tenerlos un poco protegidos o para salir de un apuro si no te da tiempo de hacer una caja en condiciones.
Explico el proceso con fotos en dos entradas. En esta primera haré la caja con papel para que se vea bien todo el dibujo de las lineas, etc y en la segunda ya lo paso a la cartulina definitiva de la caja.
Para este ejemplo he usado un libro que ya puse hace tiempo por aquí, es delgado y pequeño y va muy bien para la explicación.
Tomamos un papel, cartulina, o cualquier material de este tipo que se pueda doblar fácilmente. El tamaño debe ser mínimo el doble de las dimensiones del libro, si sobra ya cortaremos después.
Centramos el libro en el papel y marcamos sus dimensiones prolongando las lineas hasta los bordes del papel.
Medimos el grosor del libro y con el compás de puntas pasamos esta medida a las lineas del papel. Hacemos las marcas de las lineas hacia el exterior.
Volvemos trazar estas lineas hasta el borde del papel y nos queda un dibujo similar al de la primera foto de arriba. Ahora debemos cortar el papel por la linea roja de la segunda foto.
Arriba se ve como queda el libro sobre el papel ya cortado. Ahora tenemos que doblar hacia dentro por las lineas que tenemos dibujadas y el papel nos queda mas o menos como en la segunda foto.
Este es quizá el paso mas complicado. Hay que doblar las cuatro esquinas que nos quedan, por la mitad y hacia dentro como se ve en las fotos de arriba.
De esta forma al cerrar la caja las esquinas quedan plegadas en el interior y no se ven. Abajo vemos como queda la caja terminada con el papel. En la próxima entrada lo haré con cartulina, que queda mucho mejor y pondré un par de ejemplos de cierres.
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